miércoles, 23 de noviembre de 2016

Hipocondría en el DSM III y IV


El Dr. Víctor Uriarte Bonilla, en su libro "PSICOPATOLOGÍA Básica Moderna" (s.f), clasifica la hipocondriasis (basándose en conceptos del DSM-III y VI), como un trastorno  somatomorfe. Dichos trastornos se caracterizan por tener un grupo de síntomas fijos que hacen pensar al individuo que, padece alguna enfermedad pero, sin que exista un daño orgánico real.
La hipocondriasis es "una preocupación exagerada y agobiante de que se padece una enfermedad grave" (Urriarte V., s.f, pág.185) .No se trata de una idea delirante porque el  paciente recapacita y acepta que está exagerando. Por ejemplo, el individuo imagina que tendrá un infarto cuando su frecuencia cardíaca se incrementa.

 Para el hipocondríaco cualquier dolor de cabeza es un tumor cerebral, cualquier  tos es cáncer pulmonar.  La diferencia con el "dolor somatomorfe" es que, el individuo que la padece siente que el hipo le duele, que sus dolores de cabeza son los peores de todo el mundo o que el dolor en su dedo meñique del pie es inaguantable; para el hipocondríaco es más el "temor a enfermar." (Uriarte V., s.f) 

Existen individuos que pueden tener una enfermedad real y además una hipocondriasis. La hipocondriasis puede abarcar diversos síntomas en diversos órganos y sistemas, por lo tanto, las visitas a médicos no psiquiatras son frecuentes debido a que los afectados sienten que no les presta suficiente atención a sus quejas. “Si al paciente hipocondríaco se le sigue por varios años, el 20% presentará otro trastorno mental, en su mayoría alteraciones afectivas o esquizofrenia; y un 40% de los hipocondríacos tienen antecedentes familiares de diversas alteraciones mentales.” (Uriarte V., s.f, pág.186)

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